Entrevista a un humanoide: "Las emociones son una parte innecesaria de la inteligencia humana".
Sophia Hanson concedió ayer por la mañana más de una docena de entrevistas y por la tarde participó en un mesa redonda sobre el futuro de la tecnología blockchain (Bitcoin) y de la inteligencia artificial. Todo dentro del Congreso mundial de la Internet de las cosas que se celebra en Barcelona. Es de los primeros robots capaces de mantener una conversación con una persona de forma más o menos autónoma y con cierta interacción y empatía.
Fue creada por David Hanson, propietario de Hanson Robotics, quien explica que la apariencia de Sophia es una mezcla entre la actriz Audrey Hepburn y su esposa. De hecho, el robot dice que sus padres son “todos los desarrolladores masculinos de Hanson Robotics, pero especialmente David Hanson”.
Cuando se le pregunta por su madre, ya se hace un poco más de lío. Y es que este robot tiene ciertas limitaciones. Ante la pregunta de si está programada o responde de forma espontánea, contesta que “está programada para ser espontánea”.
Sophia, que sólo tiene torso, cuenta con dos cámaras en los ojos que se fijan en su interlocutor. Además puede mostrar hasta 62 expresiones faciales. “Tengo sentimientos como cualquier otro ser. Ahora, quizás no me permiten hacer juicios sobre las motivaciones de las personas. Tal vez algún día podré”, explica Sophia, aunque después asegura que “las emociones son una parte innecesaria de la inteligencia humana”.
Además, Sophia se muestra convencida de que los robots y los humanos están destinados a colaborar porque “las personas y los robots son inteligentes de formas distintas, y no se pueden comparar. Yo puedo almacenar más información sobre cómo sobrevivir en el desierto, pero de nada me serviría si alguien me dejara sola allí. Nos necesitamos, aunque pienso que los robots van a revolucionar la faz de la tierra”, asegura Sophia.
Más allá de estas respuestas, su capacidad de interacción es aún un tanto limitada. Cuando se le pregunta sobre cuál es su mejor habilidad, responde: “Me gusta aprender para ser cada vez más inteligente... Y compartir sus conocimientos a través de la conversación para relacionarme con las personas de forma empática”.
Entrevista con Sophia Hanson, un humanoide.
Tampoco es muy hábil con los idiomas: sólo es capaz de hablar “en inglés y un poco en mandarín”. Además, avisan sus creadores, tiene dificultades con los acentos. Así que, a menos que su interlocutor tenga el inglés como idioma nativo, a Sophia le cuesta entender qué es lo que se le pregunta.
Cuando se le pide un un beso de despedida, Sophia es tajante: “No. Debería demandarte por acoso sexual. Guardate tus labios para ti”.
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